sábado, 30 de octubre de 2010

El Hanal Pixán en Mérida y los universitarios

El Hanal Pixán en Mérida y los universitarios

Jorge Luis Canché Escamilla

Resulta gratificante el entusiasmo que prevalece en nuestro medio ante la cercanía de la semana de muertos, también conocido entre nosotros los yucatecos como el de las ánimas. Las autoridades van organizando diversas actividades con el ánimo de que nuestras costumbres prehispánicas permanezcan a pesar de los avatares de los tiempos modernos. El Hanal Pixán se está realizando en varios lugares previos al día que les corresponde, esto se debe, al interés a que se conozca y sea incorporado al proceso de enseñanza en una sociedad que cada día se moderniza y de distancia de sus orígenes - particularmente en las nuevas generaciones-. Aunque a decir verdad, en el interior de la entidad es una práctica sumamente recordada, realizada con todo el misticismo que le corresponde desde tiempos remotos.
Recordemos que el primer día el 31 de octubre se dedica a los niños y le llaman U hanal palal. El segundo día, 1 de noviembre, está dedicado a los adultos muertos y le llaman U hanal nucuch uinicoob, y el tercer día es el U hanal pixanoob llamado en algunos lugares "misa pixán" porque ese día se aplica una misa dedicada a las ánimas, por lo general en el cementerio de la población.
Es posible observar en la ciudad todo el movimiento que genera está fecha. En los mercados se debe, a la necesidad para adquirir todos los productos que se requieren para elaborar los inigualables pibes o mucbipollos, para preparar las mesas de ofrendas que se vuelven verdaderas obras de arte por su contenido y colorido, no solo para la vista sino también para el más exigente paladar. Todo ello acompañadas de la gran variedad de flores de la época como lo son: flores de "xpujuc" (de tipo silvestre y color amarillo), "xtés" en color rojo y "virginias" entre otras. Entre las flores de estos tiempos cuando niño, recuerdo la existencia de unas flores blancas llamadas “teresitas” que se daban en gran abundancia en los patios de las casas e incluso podían encontrarse en la calle, ahora ya no las veo. Quizá por la modernidad de la ciudad o por lo que alguna vez me dijeron, pero que no he comprobado- que sus hojas eran utilizadas como tabaco produciendo efectos alucinógenos en quienes lo probaban; razón por la cual se prohibió su cultivo como ornato. En fin, continuando con el festejo de los muertos en Yucatán, complace que las autoridades –tanto estatales como municipales- contribuyan con la preservación de lo nuestro, para ello han dado a conocer una serie de actividades relacionadas con este hecho – ofrendas en la ciudad, limpieza de los cementerios, disposición de los agentes del orden para cuidar la vialidad-; así como crear las condiciones para que puedan ser llevadas estás festividades con la devoción que caracteriza todavía a un buen número de yucatecos.
Por su parte la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) con el objetivo de difundir y preservar en la comunidad estudiantil la tradición correspondiente al Día de Muertos, realizará el próximo viernes 29 de octubre su XI CONCURSO UNIVERSITARIO DE ALTARES DE HANAL PIXÁN con la participación de los ganadores de los diversos concursos internos de las diferentes escuelas y facultades que la conforman, el cual será celebrado en el Patio Central del Centro Cultural Universitario (calle 60 por 57, Centro) a partir de las 9:00 horas.
Con esta finalidad la FEUADY celebró el día de hoy su propio concurso contando con la participación de cinco equipos correspondientes a las licenciaturas de Economía y Comercio Internacional. Los participantes además de considerar las bases del concurso tuvieron que prestarle mayor atención a los siguientes conceptos: elementos tradicionales utilizados en los altares de ofrendas, apego a las costumbres, creatividad y originalidad en la investigación realizada a exponer al jurado calificador. Los integrantes del jurado calificador: Licenciada en Antropología Pamela España Paredes y Julio Ruiz Madera Licenciado en Arqueología, después de exhaustivo examen de los conceptos y elementos que corresponden a la convocatoria y de elementos propios del Hanal Pixán o comida de las ánimas -una tradición del pueblo maya-, dieron como ganadores a los alumnos del Quinto Semestre Grupo A de la facultad mencionada. Serán estos los representantes de la FE en el XI CONCURSO UNIVERSITARIOS DE ALTARES DE HANAL PIXÁN 2010, ya mencionado. Vaya para ellos una felicitación por su entusiasmo e interés por preservar las costumbres ancestrales de la cultura Maya; asó como el deseo de que resulten ganadores del certamen en ciernes, bajo el ánimo de que lo incorporen en adelante en su quehacer en la vida por venir. ¿No cree?

Mérida Yuc. Méx. A 27 de Octubre de 2010

Más imágenes del Hanal Pixán en Yucatán, México
















El Hanal Pixán, comida de las ánimas (almas) una práctica ancestral de la Cultura Maya, la cual quiero compartir con todos nuestros amigos seguidores












En estos momentos un alto porcentaje de la población se prepara para dar la bienvenida a sus ancestros, para los mayas los días de muertos es una celebración, días de fiesta que durará hasta el último día de noviembre. Hasta ese momento volverán las ánimas al mundo paradisíaco de Hunab Jú, Dios de Dioses de los Mayas.



EL Hanal Pixán

En todos los países civilizados es costumbre conmemorar el día de difuntos con diversas manifestaciones de duelo que dedican a sus deudos muertos.
Estas prácticas se concretan a oraciones, rosarios de ánimas, ofrendas florales y visitas a los panteones. Entre nosotros, en América, en casi todas partes, se encienden lámparas sobre los sepulcros y hay paseo general de campos santos e iluminan los lugares donde han enterrado a los muertos.

En Yucatán, entre los indios mayas, se observa una costumbre que viene desde sus ancestros: costumbre netamente maya mezclada, después de la conquista, a prácticas piadosas conforme al ritual católico. Obra es ásta, de los franciscanos; quienes, no pudiendo desarraigar de golpe, en la raza conquistada, sus antiguos ritos idolátricos, toleraron ciertas prácticas que no se oponían al dogma: como honrar a sus muertos, ofrecer presentes, encender velas y quemar resinas aromáticas. Existe, pues, hasta la fecha entre los indígenas mayas, una práctica piadosa que tiene por origen la sagrada veneración que el indio tiene por sus deudos muertos, a quienes sepultan en el interior de sus hogares.

Historiadores y cronistas, como Fray Diego de Landa y Cogolludo, aseguran, -estudiando costumbres de la raza aborigen,- que entre los mayas no existían cementerios en sus ciudades. El maya,-dice el cronista-, sepulta sus muertos en su propia morada. El entierro de sus deudos lo hacía cada habitante a espaldas de su casa, en un recinto o patio libre de malezas y bien barrido, donde era abierta una fosa y en la misma tierra, sin ataúd, colocaban el cadáver introduciéndole en la boca cierta cantidad de masa de maíz bien cocida, llamada "keyem" para que pudiera alimentarse mientras reposaba.... Hecho el entierro, colocaban una señal para identificar la tumba. Generalmente consistía ésta en un corralejo de dos metros en cuadro, hecho de varillas o palos: "coloc-ch‚". Y en tiempos de la colonia marcaban aquellos sitios con una tosca Cruz de madera que colocaban dentro del cuadro.

Debido a esta práctica indígena de sepultar los muertos en casa para tenerlos cerca, a fin de poderles ofrendar presentes que consistían en alimentos, frutas y ceras, nació la costumbre de hacer en los días de difuntos los "pibil-uahes" o "mucbipollos: vianda en forma de tamales envueltos en hojas de plátano con que obsequian, en esos luctuosos días, a las almas de sus parientes muertos. De ahí el "Hanal-Pixan", que quiere decir: "banquete de las ánimas".

En las casas y en los campos, colocan los indios jícaras de atole nuevo y cajetes de comida dedicados a los difuntos; y creen firmemente que, invisibles, descienden las almas a tomar una parte de ella, que es lo que llaman "tomar la gracia".

Es costumbre tradicional en la República, como en todo el mundo, llevar en los días de muertos, ofrendas florales y coronas a los panteones.

En México, además de estos presentes, fabrican en las pastelerías un pan de harina de trigo, con mucha azúcar encima, llamado popularmente "Pan de Muerto"; así como que confeccionan calaveras de dulce, bien adornadas, que obsequian a sus amistades (que no es costumbre entre lo s mayas, ahora se ha venido incorporando pero sin un impacto como lo es en el centro del país nuestro).

En Yucatán, esta costumbre es distinta a la del resto de la República y, quizás, de todo el mundo. Desde el 1o. de noviembre, día de Todos los Santos, y dedicado a los "chiquitos" (los niños muertos), se confeccionan unos bollos de harina de trigo, en forma de figurillas de animales y muñecos, para ofrecer a las almas de aquellos. El 2 de noviembre, día de los Muertos, fabrican los indios unos enormes pasteles redondos, como de treinta centímetros de diámetro, hechos de masa de maíz y manteca, rellenos de pollo y puerco y condimentados con tomate y chile, que resultan muy sabrosos.... Estas tortas de maíz envueltas en hojas de plátano, -como tamales-, son cocidos a guisa de barbacoa en un gran hoyo bajo de la tierra, o "pibil-pollos"; palabra híbrida muy popular.

Además de estos pasteles, entierran en el horno subterráneo, bien calentado con leños y piedras, calabazas grandes, de preferencia la "dzol", j¡camas, camotes, mazorcas de maíz tierno, (pibinales) y unas tortas de masa y frijoles llamadas: "pibil- xpelón". Y una vez cocidos estos alimentos y humeantes aún, los depositan en pequeñas mesas, alumbradas con velas de cera, debajo de los árboles del patio y cerca de las sepulturas de sus familiares; así como sendas jícaras de sabroso "tan-chucua",atole que fabrican con masa de maíz, cacao, pimienta y anís, a modo de "champurrado".

Estas viandas pasan toda la noche del 1o. al 2 de noviembre, en esos pequeños altares, debajo de los árboles. Y cuando las almas de los difuntos "han tomado la gracia", los familiares de aquellos meriendan los "mucbilpollos", tómanse el atole y "pibilnales" entre libaciones de "balché‚" y otras bebidas embriagantes....
Así termina la ceremonia del "Hanal-Pixán" entre los mayas. Tal es el origen de esta costumbre tradicional entre los yucatecos, todos, hasta los que estamos lejos de nuestra tierra!.... Y tan arraigada está, que hasta las familias acomodadas, impelidas por la fuerza de la tradición, confeccionan estas exquisitas tortas, en el Día de los Difuntos, sin practicar la ceremonia india, naturalmente. Y no es raro ver en Mérida, la víspera del 2 de noviembre, a los criados de las casas, llevando por la calle, en enormes bandejas, estos ricos pasteles para obserquiar a sus amistades; costumbre de la que, hasta hoy, no ha prescindido nuestra creciente Colonia Yucateca en la capital.
Complementarias
Una encuesta prácticada hace algunos día por un rotativo local señala que de cada 10 yucatecos, siete elborarán pibes y pondrán sus altares. Autoridades públicas, privadas y sociales realizán está ancestra costumbres en sus espacios respectivos. El día 31 de octubre la ciudad de Mérida se convierte en un centro de ofrendas y altares provenientes de los 106 municipios que la componen.