jueves, 19 de enero de 2012

XXVII Aniversario del RI Mérida Itzáes de Yucatán, México











Estamos a horas de celebrar el XXVII Aniversario del RI Mérida Itzáes de Yucatán, México. Tema que fue abordado en la sesión última de nuestro club, realmente nos encontramos de manteles largos. El presidente David González Domínguez, enfatizó la importancia del evento y su impàcto en la sociedad yucateca, la cual espera mucho más de lo que ahora se ofrece en nuestras labores de servicio. Ciertamente a pesar de los logros obtenidos y de los múltiples beneficios ofrecidos, debemos ser eternos inconformes con lo que realizamos, nada será suficiente en tanto prevalezca en el mundo marginalidad y gran desiguladad. Con el evento en mención estamos refrendando nustra vocación se servir y de "Dar de sí, Antes de pensar sí". En este magno evento serà entregado por tercera ocasión la medalla "Carlos Canceco González" y el galardonado será el Dr. Ramón Martínez por su labor y sentido humanoque le caracteriza y dintingue desde siempre.
En la sesión coorespondiente al 16 de enero del presente, Guillermo Rivera socio y amigo nos hizo participe de una semblaza de su vida familiar y profesionar que fue del agrado de nuestros socios e invitados. Entre los que contamos a socios provenientes de Cánada, así como a integrantes de la Fundación Mercy Outreach Servigical Team con quines el club pretende realizar actividades en el 2013.
En una próxima nota les haré llegar los comentarios de nuestro ya tradicional baile de aniversario.

domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo en la Ciudad de México: Don Jesús







Año Nuevo en la Ciudad de México: Don Jesús

Jorge Luis Canché Escamilla

¡Quiero que comentes el Año Nuevo que vivió Don Jesús en su infancia! -me dijo Aristeo al encontrarnos está mañana última del año 2011. Este lleva viviendo cerca de dos años en la ciudad de México y ha tenido en todo ese tiempo varias charlas con el personaje en mención, quién a sus poco más de ochenta y cinco años ha sido testigo de las grandes transformaciones que ha tenido la capital en los últimos setenta y cinco años. Crecido en la Colonia Obrera y posteriormente en
la Doctores, recuerda que en los alrededores podría visualizarse las superficies de las milpas de maíz que los pobladores realizaban como tarea principal para su existencia. La segunda oficialmente se le llamó Colonia Hidalgo, pero se le conoce como Doctores en consideración que los nombres de sus avenidas y calles están dedicados a médicos. Así mismo, comentó que en los treinta el espacio citado empezó a urbanizarse primero como zonas habitacionales y posteriormente como zonas de comercio y servicios. Desde entonces los principales cambios se han generado en la construcción y mejoramiento de obras de infraestructura, vialidad y transporte en los cuarenta, a finales de la década de los sesentas se construyeron las primeras líneas del Sistema de Transporte colectivo (metro) y los diversos ejes viales. Al igual que estás zonas mencionadas, otras más, ante sus ojos se fueron transformando; mismas, que ante la primera provocación, da referencia con una lucidez envidiable, dando lugar al anécdota esperado.
Después de todos estos antecedentes en la persona de Don Jesús, la pregunta inmediata a Aristeo fue: ¿Cómo eran esos días? Misma que le hice con inusitado interés. No sin antes cuestionarlo del porqué de tal petición.
La razón – me dijo- es que en diferentes pláticas que he tenido con él, me he dado cuenta que además de su amena charla, tiene una visión humana así como un sentido de compartir con los demás lo alcanzado en sus años de existencia. Al describir su vida y como la enfrentó en compañía de su esposa (+) e hijas y tenerla organizada hasta el día de hoy; me refiere la de otros grandes hombres, de quienes he escuchado todas las vicisitudes por las que han pasado para hacer de ellos y su familia, algo ejemplar en los tiempos actuales. Hombres organizados y comprometidos que son ejemplos a seguir como lo son mis abuelos, me comentó con singular orgullo y emoción.
Fíjate –continúo Aristeo – que las festividades de Año Nuevo tienen el mismo fin en cualquier sitio, esto es, celebrar el último día del año y como consecuencia darle bienvenida al que recién inicia. Aunque la razón principal es que nosotros los seres humanos, nos expresemos a través de un recuento de hechos en el tiempo transcurrido y hagamos votos a manera de nuevos propósitos que permitan ser alcanzados y darnos la oportunidad de realizarnos como individuos en sociedad. Y el deseo, desde luego, que nuestras familias y amigos también tengan
estos alcances anhelados.
Aunque la forma de hacerlo es un tanto diferente en los distintos lugares, me dijo sin dejar sus comentarios.
Por ejemplo, mis abuelos han dicho que en su época aún en la pobreza era muy familiar y comunitaria, duraba casi toda la noche y al día siguiente se compartía el nuevo como cálida bienvenida; por su parte el tío Calixto siempre comenta, que además de esa vida familiar y comunitaria generalmente se realizaba entre amigos. Para después de estar de nuevo con la familia más tarde –el famoso recalentado-. Ciertamente, las navidades generalmente son en familia y las de año nuevo con los amigos, aseveró Aristeo.
Los comentarios han derivado al contrastar estás fechas tan significativas en la vida humana, al
margen de su circunstancia personal, y de mi apreciación con Don Chuy -como también
le dicen sus familiares- desde sus amenas charlas. Se apresuro a precisar el
buen Aristeo.
Dado a que acostumbras hablar de la vida cotidiana y de referir los aconteceres relevantes en el tiempo como los son las fiestas decembrinas y las de fin de año, se me ha ocurrido que bien podrías ofrecer a tus amables lectores del Diario Por Esto! la vivencia solicitada. De la cual te he ofrecido algunas narraciones. - ¿Qué te parece? Me dijo Aristeo, al mismo tiempo que guiñaba el ojo izquierdo con picardía, de la cual tuvo como respuesta una sonrisa complaciente.
Don Chuy plática que cuando niño –tiene recuerdos a partir de los seis años- el festejo de fin de año lo hacía con sus padres. Ante recursos escasos su madre cocinaba un pollo acompañado de tortillas y frijoles, esa era la cena de año nuevo.
Recuerda que después compartían esos momentos con una familia de enfrente de su casa – de las pocas existentes- que tenía recursos y que hacía comida para un ejército. Este momento lo tiene bien presente porqué ese día recibió de regalo un pantalón dril corto – se usaba así, comentaba sonriente- y una balalaika – camisa de algodón-. Después las cosas fueron cambiando, al estar todos laborando los ingresos fueron mayores, los guisos fueron variando: romeritos, mole, carne enchilada, nopalitos, pavo – esto más gringo, nos dijo-, bacalao, carnes frías etc.; todo de acuerdo al momento y circunstancia.
Sin embargo la constante es el festejo en familia (hermanos, tíos, sobrinos, primos etc.) solo a veces con los amigos, comenta con singular alegría.
A unas horas de celebrarse el cierre de año y los consabidas esperanzas por el que
concluye, nos preparamos para pasarla está vez con la familia de Don Jesús.
Previamente cada familia en su respectivo departamento dará a conocer sus reflexiones y propósitos para el 2012 para que de inmediato bajar al de Don Jesús a celebrar el fin y la bienvenida del año respectivo. En ese momento sin duda alguna, nuestros pensamientos estarán con los nuestros en la ciudad de Mérida, compartiendo ofrecimientos y
júbilos por venir.
De nuevo mis felicitaciones amable lector y mis mejores deseos para que sus intenciones se cumplan a plenitud. Y desde luego, el agradecimiento por seguirnos en este espacio que con gentiliza nos ofrece el Diario Por Esto! a través de su director Don Mario R. Menéndez Rodríguez, a quién le deseamos por siempre el umplimiento de sus proyectos futuros en compañía de familiares, amigos y colaboradores. Muy merecidas, ¿no cree?

México, D.F. A 31 diciembre de 2011